El convenio asegura la protección social de los trabajadores de cada uno de los países que ejerzan o hayan ejercido una actividad profesional en el otro, así como la de sus familias.

Asimismo, el convenio es un instrmento de coodinación de las legislaciones de ambos países, de "especial importancia" ante el próximo ingreso de Polonia en la Unión Europea.

El campo material de aplicación comprende prácticamente todas las prestaciones de Seguridad Social: prestaciones contributivas por incapacidad permanente, muerte y supervivencia y jubilación, prestaciones por incapacidad temporal, maternidad y prestaciones familiares.

El convenio recoge el principio de igualdad de trato, según el cual los trabajadores migranes desplazados al otro país para ejercer una actividad profesional se beneficiarán de las prestaciones de Seguridad Social en las mismas condiciones que los nacionales.

Además, posibilita que los trabajadores continúen afiliados a la Seguridad Social del país de origen durante tres años, con prórroga de otros dos si lo acepta la otra parte, evitándose de este modo la doble cotización.