En un estudio realizado por el Programa Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil (IPEC), la OIT señala que la supresión del trabajo infantil, que afecta a uno de cada seis niños en el mundo, y darles educación costaría unos 760.000 millones de dólares hasta el año 2020, si bien redundaría luego en un aumento de la producción.

Es decir, según el estudio "Invertir en los niños; estudi económico de los costos y beneficios de erradicar el trabajo infantil", los beneficios derivados de erradicar el trabajo infantil superan en seis veces al coste de suprimir la mano de obra de los pequeños.

Para la OIT, la eliminación del trabajo infantil es una inversión generacional que en los primeros años supondría más gastos que beneficios, pero que con el paso de los años reportaría muchos más beneficios.