Durante su primera intervención en el Pleno de la cámara autonómica con motivo de la investidura de Illa, Jové comenzó su intervención reconociendo lo "excepcional" de una sesión marcada por la aparición de Puigdemont, de la que se alegran "profundamente" en Esquerra, y su posterior desaparición en los aledaños del Parlament, cuando pesa sobre él una orden de detención.

Jové lamentó que el debate esté marcado por el "ánimo de venganza" de "los aparatos del Estado". En esa línea, aseguró que en Esquerra "sufren" por el escenario de "incertidumbre" sobre Puigdemont, que no ha podido ocupar su escaño en la cámara regional ni participar en el debate.

El diputado de ERC culpó de la situación a un Poder Judicial que "pervierte el funcionamiento normal de las instituciones", por ello aseveró que no es un tema de "redacción" de la ley sino de "la voluntad del que interpreta" dicha ley.

Asimismo, afirmó que hay una "voluntad de revancha" y de "hacer política de algunos jueces" y que "retrasar, dificultar e intentar impedir la aplicación de la amnistía" supone una "anomalía democrática".

El diputado de ERC también recordó a otros encausados en el 'procés', como Lluis Puig, y lamentó de nuevo que es una "vergüenza" que no haya "garantías" en la ley de amnistía para la vuelta de estos políticos.

Tras estas palabras, Jové pasó a abordar el acuerdo que debería aupar a Salvador Illa a la presidencia explicando que el "sí" de su partido político es únicamente un "sí al acuerdo" y su "contenido", especialmente para el desarrollo de un concierto fiscal que permita a la Generalitat recaudar íntegramente todos los impuestos.

En primer lugar, argumentó que su apoyo al PSC parte de la voluntad expresada por parte la militancia de ERC, que respaldó el acuerdo de investidura en medio de una situación "extremadamente compleja" por el "batacazo electoral" en los últimos comicios autonómicos y "la polarización" que supusieron los resultados.

Jové explicó que la mayoría previa a esas elecciones "ya no existe" y que hoy Cataluña tiene una "mayoría parlamentaria diferente" y que "negarlo" solo llevaría al "bloqueo y a unas nuevas elecciones". Por ese motivo, afirmó que ERC asume "las responsabilidades que le tocan en la transformación política del hemiciclo" catalán. "Sabemos que no hacer nada no es una opción, añadir bloqueos al bloqueo no sirve de nada, salvo que se busquen beneficios partidistas", aclaró.

ACUERDO PSC-ERC

En ese punto también critico que, aunque emplazaron a "los dos partidos que ganaron las elecciones" a "encontrar mayorías para evitar el bloqueo y la repetición electoral", ha tenido que ser finalmente ERC quien ha puesto "la fuerza y el liderazgo" para "desbloquear una situación que el país no se merecía".

Con respecto al acuerdo de investidura, afirmó que en ERC son "conscientes de la realidad política y social" que es lo que les ha llevado a "negociar" y a "tomar decisiones" con las que han alcanzado acuerdos que dan respuesta a los "objetivos marcados como país".

"Hemos logrado soberanía fiscal, avance en la resolución del conflicto político, reconocimiento y fortalecimiento de la realidad nacional de Cataluña con el catalán y políticas sociales avanzadas para luchar contra las desigualdades", celebró.

No obstante, advirtió que su apoyo a Illa es "solo al acuerdo", que tiene como eje principal el nuevo concierto económico y compromisos "por los cuales el PSC no apostaba hace unas semanas". En ese sentido, aunque el diputado republicano agradeció el gesto, también manifestó la "desconfianza y distancia respecto al PSC" por situaciones pasadas como su "papel en la represión del Estado y su apoyo al 155".

Por ese motivo, reiteró que el "sí" no es un "sí a un gobierno compartido". "Somos plenamente conscientes de que con el voto de hoy tampoco ustedes tienen garantizada la legislatura, nosotros desde la oposición con la fuerza de nuestros votos aquí y donde haga falta seremos la garantía de su cumplimiento", apuntaló.

DESAFÍO INDEPENDENTISTA

Josep María Jové también compartió su reflexión acerca del camino hacia la independencia. Declaró que además del concierto económico la "soberanía" es poner "el contador a cero y dar pasos hacia la segunda fase de la resolución del conflicto político" a través de "el reconocimiento de este conflicto, la negociación y votación del futuro político del país".

Hacia el final de su discurso reconoció que "hacer política es tomar decisiones valientes llenas de matices y difíciles" y que "quien no lo asuma sencillamente hace antipolítica" que "aleja de los acuerdos de país" y lleva "peligrosamente hacia la división" entre "buenos y malos catalanes" o entre "buenos y malos independentistas", un esquema en el que no quieren entrar porque "todo el mundo tiene derecho a presentar propuestas para que el país avance hacia el futuro".

"Este es el momento de ponernos manos a la obra, de rehacer el independentismo, es el momento del referéndum y hemos de recuperar este movimiento que era capaz de ofrecer esperanzas de regeneración política", añadió.

Finalizó con palabras de cariño hacia su partido y parafraseando al que fuera presidente de Cataluña Lluis Companys. "La consigna de hoy, como ayer, como siempre, es la democracia, la libertad, el progreso, la república y la victoria".