En rueda de prensa en el Congreso de los Diputados, el portavoz de ERC, Joan Tardá, aseguró que el tiempo está dando la razón a quienes defienden que la única vía de pacificación es el diálogo.

Los votos obtenidos "por la izquierda abertzale", el Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV-EHAK), son para ERC "una rpueba evidente" de que ese pacto "ha muerto" porque la paz en el País Vasco requiere la participación activa de ese colectivo.

"No hay paz sin Batasuna", aseguró Tardá, que emplazó de nuevo al Gobierno a lanzar una apuesta definitiva por el diálogo en el País Vasco.

Minutos antes y en la misma sala, el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, juzgó "lamentable" que los dos defensores de ese Pacto se comuniquen sus discrepancias mediante "un intercambio epistolar".

Se trata, en su opinión, de una actitud "poco edificante" ante la ciudadanía, que demuestra la necesidad de "replantear" el contenido de ese pacto para ampliarlo a los demás grupos.

Duran insistió en que "no tiene sentido" excluir a los partidos de ese pacto, porque la lucha antiterrorista "no es monopolio" de PSOE y del PP, sino que requiere el compromiso de todos.

A esta petición respondió el portavoz popular, Eduardo Zaplana, recordó que el pacto "es el que es", y, en sus actuales términos, ha estado siempre abierto a quien se haya querido sumar a él.

Zaplana se negó de nuevo a lo que él llama "extender el certificado de defunción" del Pacto Antiterrorista, pero añadió que quien lo incumple lo deja en la práctica sin vigencia, y eso lo está haciendo el Gobierno.

El portavoz socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, defendió también los actuales términos del pacto por entender que una de las finalidades es dejar clara la unidad de criterio de los partidos con posibilidades de gobernar, y su compatibilidad con otro marco en el que se informa al resto de partidos.

El pacto, aseguró, no pertenece ya a ningún partido, sino que es "un patrimonio" de todos los ciudadanos, pero se ha convertido en un "estorbo" para el PP porque su deseo es poder "hacer política" con la lucha antiterrorista, cuya definición queda en manos del Gobierno.

"No se si el PP sacará algún voto haciendo política con el pacto, pero los señores de ETA se están frotando las manos", dijo Pérez Rubalcaba, que reiteró la necesidad de que las discrepancias sobre este asunto se resuelvan en privado, "no en la plaza pública".

En todo caso, reiteró que el PSOE se enteró "por los medios de comunicación" de que el Gobierno del PP iniciaba contactos con ETA, y decisió apoyarlo sin más. Hay, por tanto, dos comportamientos opuestos en este ámbito, y las acusaciones del PP son "intolerables".

En medio de este cruce de acusaciones, el portavoz de Izquierda Unida-ICV, Joan Herrera, propuso que ese pacto sea superado pero "con una propuesta en positivo", una reunión de la Comisión de Secretos Oficiales en la que se acuerde entre todos la estrategia a seguir en la lucha antiterrorista.