Según la propuesta, a la que tuvo acceso Servimedia, se gravaría con medio euro al día la estancia en hoteles y apartamentos de hasta dos estrellas, establecimientos de agroturismo, fondas y campings, y con un euro diario la pernoctación en el resto de alojamientos.

El impuesto afectaría a cualquier alojamiento que por ley tenga la consideración de turístico, así como a las personas físicas o jurídicas que alquilen bienes inmueble y presten, adicionalmente, servicios complementarios propios de establecimientos hoteleros.

Sólo quedan fuera de él las residencias de ancianos, los apartamentos asistidos y cualquier tipo de alojamiento de beneficiencia.

El impuesto deberá ser abonado dentro del coste de la pernoctación por todos aquéllos que disfruten de este servicio, excepto los niños de hasta doce años y quienes estén subvencionados por programas sociales de una administración pública de cualquier Estado de la Unión Europea

Puigcercós argumenta en su exposición de motivos que la afluencia turística incide sobre numerosos servicios prestados por los municipios, tales como el orden público, la recogida y tratamiento de resíduos, los suministros básicos de agua y electricidad, y altera el medio ambiente.

Entre las numerosas fórmulas que pueden compensar los costes provocados por el turismo, Puigcercós se inclina por el impuesto sobre la pernoctación, ya que es sencillo y grava al turista de forma proporcional a su estncia y al nivel del alojamiento al que acude.