Tardá explicó durante una rueda de prensa en el Congreso que"en ningún momento pudimos prever algo parecido", aunque entiende que el actual equipo gobernante socialista está muy presionado por "el nacionalismo español" del PP y por sectores socialistas nostálgicos "de la transición".

"Entendíamos que ahora era el momento de entregar esta proposición de ley que aspira a convertir la administración del Estado en una administración plurilingüe y favorecer todas las lenguas llamadas españolas", añadió.

En conversaciones "con el Gobierno español", ERC pidió la tramitación, en el entendimiento de que "el sólo hecho de que llegara después de 25 años de democracia era un paso extraordinario hacia la conversión del Estado en plurilingüe".

Joan Tardá explicó que lo que ellos denominan "ley de lenguas" no tiene que ver con la solución final que se dé al uso de las lenguas vernáculas en el futuro reglamento del Congreso, pero admite que sus conflictos con el presidente de la Cámara, Manuel Marín, por el uso del catalán, han servido de "escaparate" para que la sociedad no diera el problema linguístico por olvidado.