En una entrevista concedida a Serimedia, Múgica afirmó que el país no debe seguir soportando las "tensiones graves" que acarrea en estos momentos el apoyo de Jordi Pujol a Felipe González.

"Se puede compatibilizar la vertebración del Estado con el autogobierno de los nacionalismos, pero siempre que éstos respeten las competencias que el Estado debe conservar para que sea gobernable", afirmó el ex ministro de Justicia.

En su opinión, el proyecto que encarna el PSOE siempre ha defendido el compromiso y los acuerdos con otras fuera políticas, pero sin que ello comporte perder los signos de identidad de nuestro proyecto, "como ocurre ahora, que se ven difuminados por las inevitables componendas".

Por esta razón, comentó que el PSOE debe cumplir sus compromisos electorales y sacar adelante propuestas como la ampliación de la ley del aborto, aunque CiU se oponga, dado que "representa uno de los perfiles de nuestro compromiso con nuestros electores".

Múgica subrayó que el Gobierno y el PSOE tienen en estos momentos una prioridd más importante que la de apuntalar el apoyo de CiU, que es la de depurar "con urgencia" las responsabilidades políticas por los últimos escándalos.

"Nuestro problema", indicó, "no es que el Gobierno se haya enterado por los periódicos de lo que pasa, sino la omisión de responsabilidad y la falta de control por los responsables políticos".

TRIBALISMOS

A su entender, Felipe González debe proceder a "cambios importantes" en su Gabinete, "y contar con hombres que sean capaces no sólo de restablecr la comunicación con el electorado de izquierdas, sino de mantener la cohesión interna del Gobierno. En el actual Ejecutivo, hay ministros que afirman una cosa y otros lo contrario".

Según Múgica, en el PSOE también debe ponerse en marcha un cambio de comportamientos y actitudes que acabe con las actuales "agresividades". "Tenemos que evitar las tensiones y las crispaciones, los tribalismos y los agravios de unos contra otros, y también tenemos que sustituir las lealtades verticales por las solidariddes compartidas", remarcó.

Hasta el final de la legislatura, confió en que el PSOE se dedique a recuperar el voto de "convicción y sensibilidad" de la izquierda, por entender que no se puede seguir "viviendo a costa del voto resignado o melancólico". "Si nos vemos obligados a anticipar la disolución de las Cámaras, que no sea porque no nos apoyen desde fuera, sino porque no podamos realizar nuestro programa electoral del 93".

Sobre el futuro del PSOE, opinó que puede recuperarse electoralmente teiendo a Felipe González al frente: "Los que piensan que González debe retirarse o dejar paso a otro, han de recordar que el PSOE no es un partido legitimista. Aquí no cabe que nadie ponga un sucesor, ni por el dedo ni por cooptación. El nuevo liderazgo debe ser elegido por todos los militantes".