Según informó Enresa, la transferencia de titularidad de la instalación culmina un proceso administrativo de licenciamiento iniciado en 2020 y permite comenzar con la primera fase del proyecto de desmantelamiento.

Esta fase inicial tiene una duración prevista de tres años, y sus actividades principales serán el desmontaje de los sistemas, estructuras y componentes del Edificio de Turbina y su acondicionamiento como nuevo Edificio Auxiliar de Desmantelamiento (EAD).

Simultáneamente a estos trabajos, se realizará la evacuación del combustible gastado desde la piscina hasta el Almacén Temporal Individualizado (ATI) de la central.

El equipo profesional que se encargará de esta primera fase está formado por más de 30 personas de plantilla de Enresa y unas 70 de Nuclenor, a las que se unirá el personal de otras empresas especializadas contratadas que colaborarán en el proceso. En total, se alcanzarán los 350 empleos directos.

Para facilitar la participación de las empresas del entorno de Garoña en las licitaciones necesarias para el desmantelamiento, Enresa viene colaborando con la Confederación de Asociaciones Empresariales de Burgos (FAE), para proporcionar información a las empresas interesadas.

En la segunda fase, para la que Enresa ha de obtener una nueva autorización, se culminará el proyecto con actividades como el desmantelamiento final de los edificios de carácter radiológico, así como los trabajos de descontaminación, desclasificación y demolición, hasta finalizar con la restauración del emplazamiento. El proceso de desmantelamiento se prolongará durante 10 años y tendrá un coste de 475 millones de euros.