Laskurain aseguró que la situación no es grave, pero precisó, que, como los ingresos no dan más de si y el gasto es difícil de controlar, ha realizado una serie de recomendaciones que incluirá en su próximo informe.

"Probablemente haya áreas", explicó, "en las que la fiscalidad no sea todo lo buena, como el mercado inmobiliario, de las que se derivan ingresos fiscales, que, sin embargo, no son lo que debieran de ser. Pero, es en el gasto donde hay que hacer el esfuerzo".

A su juicio, los ayuntamientos tienen parte de razón cuando reclaman mayores recursos para poder atender los servicios que prestan. "Por un lado, su no participación en la determinación de los recursos institucionales parece que es una laguna, y por otro lado, es evidente que cargan con algunas obligaciones de gasto que en realidad correspondería cargar a otras instituciones".

Como remedio, Laskurain apuntó que los consitorios deben realizar un análisis severo de sus partidas de gastos y llevar a cabo una reflexión general para el reparto en recursos entre todas las instituciones.

Por último, anunció que el Tribunal de Cuentas Vasco fiscalizará, entre otras, las obras del metro de Bilbao y la N-I (Madrid-Irún).