Según informó la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la mayor parte del beneficio se logró gracias a la venta de la eléctrica Viesgo, que generó una plusvalía neta de 930 millones de euros.

Por contra, las ganancias resularon lastradas por la incidencia de la crisis en Argentina, que obligaron a Endesa a dotar posibles contingencias en ese país con 210 millones de euros. Además, la evolución del cambio dólar/peso tuvo unos efectos negativos sobre los fondos de Endesa de 140 millones de euros adicionales, mientras que la devaluación del real brasileño también le costó a la eléctrica otros 70 millones de euros.

La compañía que preside Manuel Pizarro también aminoró sus ingresos en el capítulo de servicio eléctrico en Esaña, con una rebaja de 364 millones de euros, que la compañía achaca a "la insuficiencia de las tarifas para cubrir los costes reconocidos".

Por otra parte, ha pesado negativamente en el primer semestre la escasez de lluvias y la poca producción hidroeléctrica, que ha tenido que ser suplida con un incremento "sustancial" en el consumo de combustible para generar electricidad por otros métodos.

En cuanto al negocio eléctrico en Iberoamérica, si se excluyen los malos resultados de Argentina, el incemento del resultado de explotación se eleva un 25,1%, a pesar de la devaluación del resto de mercados del sur de América, independientes del argentino. Finalmente, en el negocio europeo, principalmente en Italia, supuso unos ingresos de 530 millones de euros.

En el capítulo de personal, Endesa contaba a 30 de junio pasado con una plantilla de 13.630 empleados, lo que supone una disminución de 1.386 personas en los primeros seis meses del año. De éstos, 876 pertenecían a la plantilla de Viesgo, pero oros 510 resultaron bajas.