Esta es la conclusión de un informe que publica la revista "Consumer", que revela que son muchas las prsonas de estas edades, sumergidas en un ritmo de vida que les impide atender sus relaciones personales, que acaban recurriendo a este tipo de servicios.

Ante la prolongación de las jornadas de trabajo, estas personas tienen dificultad para desarrollar relaciones sociales, a lo que se une el creciente número de divorcios. Según "Consumer", el número de hombres divorciados que termina encontrando una nueva pareja se sitúa en el 80%, mientras en el caso de las mujeres la tasa es del 70%.

La directoa de la agencia Samsara de Barcelona, Carmen Banús, explica que a estos servicios "acuden muchos clientes con título universitario, que normalmente buscan a alguien de su mismo nivel cultural. En general, acuden tanto hombres como mujeres".

"También es habitual la llegada de gente muy joven, que ha sufrido más de un desengaño. Hoy en día es fácil ligar, pero difícil entablar una relación seria y conocer de verdad a una persona", añade.

Otro grupo habitual es el formado por personas que se han queado descolgadas de su grupo de amigos porque todos están casados y con hijos, o aquellos que han cambiado de ciudad y no conocen a nadie para salir.

La directora del Centro de Relaciones Humanas de Vitoria, Angélica Martínez, señala que "nuestros servicios son reclamados por ciudadanos muy normales que, por dedicar muchas horas a su trabajo o porque han estado muchos años preparando oposiciones, entre otras muchas razones, les resulta muy difícil buscar pareja".

Eso sí, la gente se sigue avergonzndo por lo general si en su entorno se conoce que utiliza estas "ayudas" para ligar. "A algunos todavía les da miedo que sus conocidos bromeen con el tema o que piensen que están desesperados por recurrir a nuestros servicios. Aún sucede lo que ocurría hace años con el psicólogo, que nadie quería reconocer que iba a la consulta", indica Martínez.