Así lo pone de manifiesto un reciente estudio realizado por American Express, uno de los sistemas de pago con tarjeta de mayor implantación internacional, que sigue situando entre 1985 y 1991 una de las etapas de más rápida expansión en estos gastos de las empresas.

American Express señala que esta previsión "podría resultar incluso conservadora si tenemos en cuenta que durante el primer trimestre del año la demanda de vuelos domésticos ha crecio un 12% con respecto al mismo período de 1994".

Los cálculos recogidos en el informe indican que los viajes y la representación suponen el 7% de los gastos totales de una empresa, lo que ha motivado que un 73% de las compañías que los llevan a cabo hayan diseñado, simultáneamente, instrumentos de control para gestionarlos.

Por capítulos, el gasto de viajes y representación más significativo sigue siendo el de los billetes de avión, con un 30%, seguidos de los gastos de hoteles y gasolina o kilomtraje, con un 20% cada uno.

Los desplazamientos en avión y hoteles acumulan la mitad de estos gastos, por lo que se ha extendido la práctica de seguir una política adecuada de negociación con líneas aéreas y cadenas hoteleras, que permitan introducir elementos de ahorro en este componente de gasto de las empresas.