"Las empresas no son máquinas de hacer dinero", aseguró en su intervención en el I Seminario de Responsabilidad Social Corporativa que se celebra hoy y mañana en Madrid organizado por la escuela de negocios IESE.

Según subrayó, la RSC en la empresa es "otra forma de dirigir" que se caracteriza por la integración estratégica de la RSC en la gestión empresarial. "La RSC", aseveró, "no debe ser un añadido".

En este sentido, abogó por "vincular la funciones" que llevan a cabo los responsables de este área y por "profesionalizar" la labor de los directivos de RSC como agentes de cambio.

Lenssen también abordó la cuestión de la voluntariedad y se mostró partidario de avanzar hacia una regulación de la RSC mediante normas o estándares. Se trata, añadió, de medir el impacto de las prácticas de responsabilidad social.

"La RSC, ¿es una nueva forma de hacer negocios?", se preguntó. "Sí y no. Es una continuación de buen negocio. Esto es un negocio inteligente basado en la aplicación de buenos principios empresariales".

LA RSC, EN PELIGRO

Bajo el título genérico "La gestión de la RSC y sus protagonistas: el trabajo del directivo de RSC", este seminario está analizando la figura del directivo de RSC: perfiles, necesidades, expectativas, claves de su desempeño, etcétera.

Su objetivo, según señaló en la inauguración Juan José Toribio, director del IESE en Madrid, es poner en común las experiencias y prácticas en materia de RSC. También, añadió el profesor del IESE Antonio Argandoña, evitar "la eminente defunción de la RSC como una moda", tal y como vaticinan desde algunos sectores.

Para Argandoña, en una situación de desaceleración económica como la actual la RSC puede correr peligro. "Tiene que estar firmemente asentada, con una agenda valiosa y que se defienda por sí misma. La clave está en convertir la RSC es algo realmente útil y necesario", concluyó.