La empresa no tuvo beneficios por ceder el local a Archy -------------------------------------------------------

MADRID
SERVIMEDIA

Los responsables de la empresa cervecera El Aguila ponen en duda que la polémica suscitada por la actividad de la terraza de la calle General Lacy, en el distrito madrileño de Arganzuela, haya repercutido negativamente en la imagen de la compañía.

El director de marketing de El Aguila, Juan Carlos Franquet, declaró a Servimedia que su opinión persona es que la controversia originada por el funcionamiento del local y los ríos de tinta que los medios de comunicación han vertido sobre el asunto, ni les han beneficiado ni les han perjudicado.

"El problema es que un proyecto concebido como un centro cultural y de ocio no ha funcionado como tal por diversas cuestiones y al final lo único que se ha destacado es la idea de conflicto y enfrentamiento", precisó Franquet.

El directivo de la empresa criticó a los medios de comunicación porque desde el pincipio calificaron al establecimiento de "supermercado de copas" o "macrodiscoteca", cuando su verdadera finalidad era la de ser un centro recreativo y de ocio, que contribuyera a resaltar la programación de los actos de la Capitalidad Cultural.

A su juicio, la mayor parte de las informaciones se han centrado en el conflicto entre vecinos y promotores, dejando de lado la programación cultural que se habia fijado, en la que no faltaban actuaciones de conjuntos musicales y grupos de teatro, así como exosiciones de pintores y otros artistas.

DEJARLES TRABAJAR

"La idea original era precisamente ésa: ofrecer una oportunidad a los artistas que no pueden mostrar al público su trabajo. Se trataba de un centro cultural y no de pura diversión o de copas. Estoy convencido de que si les hubieran dejado trabajar, la gente de Archy hubiera conseguido materializar el proyecto", agregó Franquet.

La antigua fábrica de cervezas El Aguila de la calle General Lacy dejó de funcionar a comienzos de la década delos 50, al haberse quedado ubicada en una zona de Madrid que creció mucho y en la que se hacía difícil la actividad industrial.

Las instalaciones, que fueron declaradas de interés histórico-industrial, fueron cedidas a los promotores de Archy, sin que la empresa obtuviera contraprestación alguna, según el director de marketing de la firma.

"Somos la empresa cervecera más antigua de Madrid y no pretendíamos lucrarnos, sino prestar nuestras instalaciones al pueblo de Madrid, para contribuir al proycto de la Capitalidad Europea de la Cultura", concluyó el representante de la compañía.

(SERVIMEDIA)
04 Ago 1992
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