Aragón compareció esta tarde en la Comisión Especial sobre las Artes Escénicas, Musicales y Audiovisuales, constituida en el Senado para analizar la situación que atraviesa el conjunto de las actividades artísticas en nuesto país.

En la actualidad, en España existen poco más de veinte compañías de circo que dan empleo directo a unas 1.500 personas. A juicio de Aragón, "se corre el riesgo de que la mayoría de estas compañías puedan desaparecer, a pesar de la reconocida calidad de sus profesionales, porque en las actuales circunstancias no podrán competir con las empresas extranjeras que tienen una estructura financiera organizativa más sólida e intensifican su presencia en un mercado tan importante como el español".

Por otro lado, calificó de "simbólicas" las ayudas procedentes de la Administración Central. El montante global que deben repartirse las distintas empresas asciende a unos 20 millones al año, lo que supone una décima parte de lo que reciben los empresarios franceses y menos de la mitad de lo que percibe una sóla empresa italiana.

Aragón explicó que "la única ayuda estable y valiosa que presta el Estado a través del Ministerio de Educación y Cultura es la escolarización de los niños, hijos de los artisas, que viven en las instalaciones de los circos".

En relación con las ayudas que recibe el circo por parte de las administraciones autónomicas y locales señaló que "son prácticamente nulas".

El popular cómico indicó que las empresas de circo necesitan realizar desplazamientos por todo el territorio nacional para mantenerse en marcha y poder ser competitivas. La media se establece en unos 25 desplazamientos al año.

Según dijo, una empresa de tamaño grande necesita unos catorce vagones de ferocarril y diez camiones trailer para trasladar las carpas, decorado, caravanas, equipos técnicos, animales, etcétera, lo que supone un gasto que oscila entre los tres y cinco millones de pesetas.

"A los importantes costes de desplazamiento", subrayó, "se suman las insuficiencias de terrenos adecuados para las instalaciones que dispongan de infraestructuras y servicios que faciliten el trabajo de las empresas".

"No sólo no están reguladas las giras de cada temporada y las programaciones de las empesas en las grandes ciudades", prosiguió, "sino que algunas prácticas, como la subasta de terrenos por parte de algunos ayuntamientos, son perjudiciales, ya que se encarecen los costes. En la práctica, los ayuntamientos se limitan a intervenir como oficina recaudatoria de impuestos".

Emilio Aragón, conocido también por el apodo artístico de "Miliki", aseveró que, si persiste la situación actual, "el mundo del circo no podrá sobrevivir y desarrollarse".

De igual modo, reclamó la creación de una esuela o centro nacional de formación de artistas, a su juicio "imprescindible para mejorar las calidades y garantizar el futuro del circo".

Por otra parte, consideró urgente elaborar un nuevo marco legislativo que regule todo el sector, porque, apuntó, "la transformación del circo no será posible sin un nuevo marco regulador acorde con las normativas de otros países".

La anécdota de la sesión parlamentaria la protagonizó el propio compareciente, quien en el ecuador de su discurso, que se prolongó or espacio de casi una hora, hizo una pausa para comentar: "No sé cómo puedo hablar tanto sin que nadie se ría, porque toda mi vida, cada vez que hablo es para que la gente se ría", lo que provocó, precisamente, la risa de los senadores presentes.