Elorriaga afirmó que "la convención es la vía prevista en los estatutos del partido cada año para actualizar mensajes, fijar prioridades y, sobre todo, para hacer llegar un proyecto alternativo a los ciudadanos".

El dirigente popular diferenció, en declaraciones a la Cadena Cope recogidas por Servimedia, las funciones de la convención nacional y de los congresos. Estos últimos, según dijo, son "el momento de elegir equipos, hacer ponencias, fijar las líneas básicas de actuación del partido".

Elorriaga propuso aprovechar la Convención Nacional de febrero para "traer a la actualidad" asuntos que actualmente permanecen lejos de la opinión pública porque, según dijo, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha abierto "debates bastante estériles, pero muy intensos" como las reformas constitucional y estatutarias.

"Son problemas muy distanciados de los problemas reales de la gente en los que la oposición se ve obligada a entrar y a dar respuesta, pero que también puede hacer a la ciudadanía perder la impresión de que hay una alternativa", dijo.

La Convención Nacional del PP que Mariano Rajoy ha anunciado para el mes de febrero de 2006 es un órgano "de naturaleza consultiva", según establece el artículo 37 de los estatutos, a los que tuvo acceso Servimedia.

Las funciones reservadas para la Convención Nacional, cuya convocatoria depende directamente del presidente del PP, son únicamente "evaluar cada año las políticas que él mismo (Rajoy) desarrolla y debatir resoluciones que proponga el Comité Ejecutivo Nacional o la Junta Directiva".

En este sentido, la Convención Nacional está capacitada para "ofrecer orientaciones, sugerencias y hacer balance de las políticas del partido", pero siempre con carácter consultivo. Las decisiones importantes siempre quedan en manos del Comité Ejecutivo Nacional o de la Junta Directiva Nacional.

La Convención Nacional de febrero, a la que asistirán alrededor de 2.000 dirigentes y cargos populares, será la tercera de estas características que celebra el PP tras las de 2003, que sirvió para elaborar el programa electoral de las elecciones autonómicas y municipales, y la de 2004, en la que Rajoy presentó su programa para los comicios generales que finalmente perdió.