Según un documento publicado hoy por la CNE, "se observa que existe voluntad e interés" por parte de todas las entidades en el desarrollo de un Mercado Ibérico del Gas.

El citado documento es una consulta realizada, entre otros, a Endesa, Gas Natural, Galp Energia, Cepsa, Enagás, EDP e Iberdrola.

En líneas generales, los agentes del mercado, sujetos del sistema gasista y otras entidades interesadas para continuar con el desarrollo del mercado ibérico del gas están de acuerdo con la propuesta de organización y sus principios de funcionamiento.

Entre las conclusiones que recoge el documento, cabe destacar que, mientras algunos agentes estiman que la separación de actividades de red que establece el proyecto es suficiente (como Cepsa o Naturgas), otros consideran que se debería requerir la separación jurídica.

La coincidencia es casi unánime sobre la necesidad de armonizar los sistemas de peajes de acceso español y portugués, para garantizar un acceso uniforme en toda la Península.

También sobre la armonización de los modelos de balance de gas en ambos países y sobre la existencia de una única zona de balance de gas en cada país.

Según HC Energía y Naturgas, se debe evitar la aplicación generalizada de la tarifa de último recurso; para Gas Natural, habría que limitarla a los clientes vulnerables.

Por su parte, Iberdrola y EDP Gàs consideran que se debe evitar la introducción de medidas demasiado restrictivas, ya que podría tener efectos negativos en el mercado, perjudicando los derechos de los consumidores.

En cuanto a la diferencia en el calendario de liberalización entre España y Portugal, los gestores valoran que es una barrera muy importante para alcanzar la integración de los mercados.

Por ello, entienden que debe acelerarse el proceso de liberalización en el mercado portugués para que todos los consumidores puedan ejercer su derecho de elección de comercializador de forma libre en todo el mercado ibérico.

Además, algunos gestores como Gas Natural estiman conveniente determinar las cantidades necesarias de existencias mínimas de seguridad que se precisan en base a garantizar la seguridad de suministro y la capacidad de las instalaciones, en función de volumen de la demanda firme y mercado doméstico, junto a capacidad real de almacenamiento y las limitaciones por interconexiones y congestiones del sistema.