Fuentes de la organización de la campaña reconocieron a Servimedia que sería "una utopía" situar a un interventor y un apoderado en todas las mesas electorales del País Vasco, a pesar de que el PP ha cursado ya el doble de solicitudes que cuando, en 1998, faltab apenas un mes para el día de los comicios.

Harían falta un mínimo de 5.000 personas para vigilar la libertad de voto, lo que entraña una "gran dificultad" debido a las restricciones que establece la ley electoral vasca y que reduce la posibilidad de actuar como apoderados e interventores a personas censadas en el País Vasco.

Las mismas fuentes aseguraron que el PP va a priorizar en la búsqueda de apoderados antes que interventores, ya que aquellos pueden actuar simultáneamente en varias mesas elctorales, lo que disminuiría el número de personas necesarias.

De ese modo, sería posible que un solo apoderado se encargase de atender las mesas electorales de un colegio en aquellas zonas donde sea más difícil vigilar el ejercicio del voto el próximo día 13 de mayo.

Además, el PP ha planificado una estrategia de distribución de los apoderados e interventores que evite el miedo de los voluntarios que quieren participar. Para ello, estudia el intercambio de apoderados entre pueblos y ciudades de odo que éstos no actuén en sus localidades de residencia y lo hagan, en cambio, en municipios alejados del suyo donde nadie les conozca.

La organización evitará así el riesgo de sus militantes y simpatizantes, aunque requerirá la ayuda voluntaria de más de 2.500 personas, aunque es consciente de que habrá varias decenas de mesas sin representación popular. En las elecciones de 1998, hubo un total de 2.529 mesas (1.248 en Vizcaya, 904 en Guipúzcoa y 337 en Álava), pero el PP no pudo enviar a un represetante a todas.