Según el sondeo, realizado los días 19 y 20 de abril, los partidarios de la secesión del País Vasco siguen situados en torno al 35 por ciento -la misma cifra que en otro sondeo realizado en 1998-, mientras que los que votarían en contra de la independencia han disminuido en casi cinco puntos y se sitúan en un 37 por ciento.

En la distribución por territorios, en Alava un 23 por ciento votaría a favor de la separación con respecto a Espaa y el 50 por ciento votaría en contra. En cambio en Guipúzcoa el secesionismo goza de una ligera ventaja y en Vizcaya ambas posiciones están empatadas. Paralelamente, ha crecido en cinco puntos la cifra de indecisos, según el citado sondeo.

En comparación con sondeos anteriores, hace dos años la distancia entre partidarios y adversarios de la independencia era superior a 7 puntos, mientras que ahora no llega a 2 puntos, con ligera ventaja de estos últimos.

Con los resultados de esta encuesta, "L Vangaurdia" interpreta que "la polarización que padece la política vasca ha provocado perplejidad, cuando no temor a expresar opiniones 'españolistas', en los sectores nacionalistas moderados. Y de ahí que se haya reducido la cifra de quienes se opondrían a la independencia en un supuesto referéndum de autodeterminación".

En la distribución por partidos, los votantes de PP y PSOE son mayoritariamente contrarios la independencia (81 y 74 por ciento, respectivamente), los de EH son en un 89% favorablesa la secesión, mientras que los del PNV se muestran en un 49% favorables y en un 19% contrarios a votar por la independencia.

En el ámbito identitario se observan también fenómenos de decantamiento que parecen reforzar la identidad vasquista. Así, la cifra de quienes se sienten sólo vascos ha aumentado en casi diez puntos desde el sondeo de 1998, ya que ha pasado de un porcentaje del 25 al 34 por ciento en la actualidad.