La mayoría popular, junto a nacionalistas catalanes y canarios, aprobaron el texto remitido desde el Congreso de los Diputados sin hacer ningún retoque y rechazando las 15 enmiendas presentadas por el PSOE, la Entesa Catalana de Progrés (PSC y ERC) e Izquierda Unida.

La ley, que entrará en vigor sin necesidad de ser refrendada por el Congreso en cuanto sea publicada en el BOE, prevé la entada en el Ejército de ciudadanos de países que mantienen con España "especiales y tradicionales vínculos históricos, culturales y lingüísticos".

Un reglamento posterior determinará la lista de estados cuyos ciudadanos podrán alistarse en el Ejército español, el número de ellos que se aceptarán (rondarán el 2% del total de la tropa, actualmente compuesta por cerca de 80.000 soldados) y las unidades a las que podrán ir destinados.

Entre las enmiendas rechazadas tanto en el Senado como en el Congres hay una socialista que reclamaba que los extranjeros obtengan el permiso de residencia permanente en España cuando terminen su compromiso con el Ejército.

El proyecto de ley limita a tres años la estancia de los extranjeros en el Ejército, permitiendo su continuidad siempre que adquieran la nacionalidad española.

Los senadores del PP, CiU y CC y rechazaron asimismo otras enmiendas que proponían que los ciudadanos de la UE también puedan acceder al Ejército español o que el Ministerio de Defensa leve a cabo programas especiales para facilitar la reincorporación laboral de los militares profesionales extranjeros.