En la estructura que propone el ministerio, según indicó mediante un comunicado, las carreras universitarias tendrán 180 créditos de formación académica básica (3 años), y hasta 60 créditos adicionales en los que se realizará un trabajo o proyecto de fin de carrera o prácticas específicas tuteladas, al final de las cuales el alumno presentará una memoria. Tras superar el total de estos créditos, el estudiante obtendrá el título de grado.

Además, el decreto que regula los estudios de posgrado establece que, quien lo desee, podrá completar su formación cursando un máster oficial al que se accederá tras la obtención del título de grado o, excepcionalmente, tras la superación de los 180 créditos.

La duración de los máster, que variará en función de la formación previa del estudiante, será de entre 60 y 120 créditos (entre uno y dos años), que se escogerían de una oferta de créditos mayor. Una vez realizados 300 créditos (entre créditos de grado y de máster), quien desee continuar estudiando podrá hacer un doctorado, que tendrá otros tres años de duración.

Según el ministerio, los nuevos estudios universitarios destacarán por su flexibilidad y por la capacidad que se concederá al alumno para diseñar su currículo, pues "podrá entrar y salir de la universidad a lo largo de toda su vida y acumular créditos cursados, independientemente de los títulos concretos obtenidos".

A principios de febrero, la Comisión de Expertos externa que estudia la adaptación de las titulaciones a Europa se volverá a reunir para seleccionar las siguientes titulaciones de las que se van a elaborar directrices.