En el acto de presentación de la nueva campaña del ministerio para promocionar la Formación Profesional, Cabrera confió en que "podamos llegar a acuerdos que satisfagan ese principio fundamental de que tienen los mismos derechos los padres que quieren que sus hijos reciban educación religiosa, como los que no lo quieren".

Según añadió, los derechos de ambos son "igualmente equiparables y respetables". A su juicio, esto tiene que materializarse "en una serie de medidas que van, desde las definiciones más generales, hasta el ordenamiento concreto de cada uno de los centros escolares".

Los representantes de Educación y los de la Iglesia católica se reunieron ayer para tratar la otra vertiente de la polémica: la cuestión del profesorado de Religión. A este respecto, la ministra valoró que "el balance que podemos hacer ahora mismo, yo creo que es positivo".

Según añadió, "podemos decir que hay una base de acuerdo, que tendrá que materializarse en la regulación o el desarrollo normativo de la disposición adicional tercera" de la LOE (es decir, la que se refiere a los profesores de Religión).

La LOE sujeta a estos docentes al Estatuto de los Trabajadores, por el que se rigen el resto de sus compañeros profesores. Una medida a la que se opone la Conferencia Episcopal. La cuestión de los profesores se ha pospuesto hasta septiembre, cuando el ministerio presente al episcopado un borrador sobre el decreto del profesorado de Religión.