Lo fundamental, según recoge el decálogo, es hacerle entender al menor que esta avanzada tecnología puede encerrar diferentes riesgos. Para evitar esos peligos, la primera norma es no facilitar datos personales a desconocidos.

La necesidad de este decálogo surgió después de conocer el uso incorrecto que los jóvenes hacen a menudo de internet. Recientes estudios han advertido que un 32% de niños españoles que navegan por internet faciliten su teléfono o dirección de correo electrónico a personas desconocidas, una práctica "extremadamente grave", según señalan los pediatras.

Entre las normas que recoge la AEP destaca la de hacerle entender al niño que unca debe facilitar datos personales o hábitos familiares a desconocidos. También incide en la necesidad de que un adulto vigile al menor mientras navega por internet o al menos que pueda tener acceso en todo momento a las páginas que el niño visita. No poner el ordenador en su habitación sería una manera de controlarle.

Es conveniente que el adulto sea capaz de manejar el ordenador al menos al mismo nivel que el niño, de forma que éste sea consciente de que se le puede controlar. Tampoco hay que olviar utilizar todos los sistemas de protección actualmente disponibles para evitar el acceso a sitios no permitidos a menores.

Hablar habitualmente con el niño sobre la navegación tratando de tener información respecto a lo que ve y consulta; enseñarle que cuando se conecta al chat, no debe facilitar ni pedir direcciones, número de teléfono o cualquier tipo de información que pudiera identificarle, y advertirle de los riesgos que pueden derivarse de chatear con desconocidos, son otras de las normas que ecoge el decálogo.

Los pediatras inciden igualmente en evitar que los niños se conecten a internet, y particularmente en el chat, durante la noche. Es importante alertarle de que debe avisar a sus padres siempre que algún amigo del chat insista en solicitarle informaciones o hábitos personales o de su familia.

Por último, los pediatras recomiendan navegar y chatear algunas veces junto al niño para inducirlo a una mayor confianza con los padres respecto a los contenidos de sus conversaciones en lared; evitar que el menor tenga su propio "e-mail" del cual solo él conozca la clave, y construir juntos una serie de reglas consensuadas.