El estudio, publicado en el último número del Boletín de Información Comercial, del Ministerio de Economía, señala que "la distribución más iualitaria de la renta ha venido acompañado de una mejora en los niveles de renta per cápita".

La mayor equidad de la distribución de la renta se pone de manifiesto con el índice de GINI de la renta familiar disponible, que se mueve entre un 0 para el supuesto en que todo el mundo recibe la misma renta y un 1 para el caso en que una sola persona se queda con todo. Entre 1970 y 1994, este índice (que se refiere a los ingresos que tiene una familia tras pagar impuestos y recibir subvenciones y transferenias públicas de todo orden) pasó de 0,46 a menos de 0,35.

Según el estudio, la tendencia hacia una distribución de la renta personal más equitativa en las dos últimas décadas ha venido acompañada, en el terreno de la distribución institucional, de un importante crecimiento de la renta de las Administraciones Públicas, en detrimento de la renta familiar y del ahorro empresarial.

Eso se explica "básicamente por la utilización de políticas de gasto público claramente expansivas en el periodo consideado. Sin embargo, en un contexto dominado por una política fiscal restrictiva, como es el actual, cabe esperar una modificación de dicha tendencia".

El estudio señala también que, desde el punto de vista de la participación de los factores productivos, "se observa, respecto a mediados de los años setenta, un crecimiento de la importancia relativa de las denominadas rentas mixtas (las de los empresariso y autónomos), junto a una disminución tanto de las rentas del trabajo como de capital".

En cuano a la evolución por autonomías, los datos de la renta per cápita de las comunidades muestran divergencias considerables entre regiones, si bien dichas diferencias son sensiblemente inferiores cuando se comparan las renta familiares disponibles, es decir, cuando se incorpora la acción redistribuidora del sector público.