Lo hicieron en sendas ruedas de prensa en el Congreso, en las que Echenique espetó al Ejecutivo que “había que haber hecho todo lo contrario”, porque la Iglesia “tiene privilegios” de índole fiscal. En esa línea, señaló que habría que hacer “que pague impuestos y a partir de ahí equiparar a las demás confesiones”, en lugar de hacerlo “a la baja”.

El portavoz del grupo parlamentario atestiguó que éste no tenía noticia de que el Gobierno fuera a anunciar la igualación de la fiscalidad de las distintas instituciones religiosas presentes en España, pero que no podía descartar que hubiera habido “un debate previo” en el seno del Ejecutivo de coalición.

Por su parte, Errejón señaló que “la idea era en realidad que la Iglesia pagara como todo hijo de vecino, no extender la barra libre”, porque “cualquier confesión religiosa tiene que cumplir con las normas igual que lo cumple cada hijo de vecino”. Por ejemplo, dijo que “no tiene ningún sentido que la Iglesia Católica no pague el IBI”, así que “menos tiene convertirlo en una especie de barra libre”.

“No se trataba de igualar en barra libre, sino de que igualar en el cumplimiento de las normas como todo hijo de vecino”, abundó, porque, crea lo que crea cada cual, se trata de que “las normas sean iguales para todos”.