El suceso tuvo lugar poco antes de las once de esta mañana, cuando el marido de Inés Fernández, la concejala que sustituyó al asesinado por ETA Miguel Angel Blanco, percibió que el tapón de la gasolina podía haber sido manipulado.

Efectivos de la Unidad de Desactivación de Explosivos de la Ertzaintza se desplazaron inmediatamente al lugar y tras realizar una inspección concluyeron que en ningún caso el vehículo había sido objeo de manipulación ni tampoco contenía artefactos sospechosos.

Tras la llamada del marido de la edil popular, la policía acordonó la zona alrededor del vehículo hasta pasado el mediodía, en que comprobó que se trata de una falsa alarma.