Según Santares, que también esta inculpada en este juicio junto a otras dos mujeres, Rafael Medina la contrató como prostituta en las proximidades de un hotel en Sevilla, a razón de nas 5.000 pesetas por el servicio. Al igual que declaró por la mañana Mercedes Almeida -otra de las procesadas-, aseguró que no hubo relación sexual con el duque, sino que se limitó a posar desnuda para que le fotografiase.

La inculpada negó haberse comprometido con el duque de Feria a cobrar 30.000 pesetas a cambio de buscarle una niña pequeña que le gustara.

En su declaración explicó que fue con su sobrina al apartamento de Medina "por casualidad" y "por hacer tiempo", ya que, según dijo, su maido no estaba en casa y no tenía las llaves para abrir. Allí permaneció con su sobrina durante más de hora y media.

Santares relató que el duque estuvo con la pequeña en el salón mientras ella estaba con Mercedes Almeida en el dormitorio hablando y consumiendo droga. Después volvió al salón y encontró a la niña en bragas sentada junto al duque en el sofá, rodeada de revistas pornográficas y con la cabeza mojada.

Según declaró hoy, esta situación provocó su enojo con el duque, quien le explicó quehabía dado de comer a la niña y que se había manchado y que por esa razón la había bañado.

Santares negó que se comprometiera con Mercedes Almeida a buscar una niña por un precio de unas 25.000 pesetas. "El único día que cobré de él fue el día que posé para él", afirmó.

La inculpada negó además que ella, junta a Flora Trabajo, la madre de la niña, y Sandra Alvarez, presunta autora del rapto, hubieran previsto llevar a la pequeña a casa del duque y también negó que hubieran celebrado una reunión pra ello.