No obstante, estas cifras han venido experimentando una progresiva reducción. Así, en 1987 era el 57 por ciento de los trabajadores el que fumaba, casi diez puntos más, y el el 24 por ciento consumía alcohol de forma abusiva, prácticamente el doble que ahora.

Estos datos fueron expuestos hoy en Madrid durante la presentación del encuentro sindical sobre drogodependenia, organizado por CCOO en colaboración con la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, cuyo titular, César Pascual estuvo presente, a la que asisten grupos sindicales de distintos países de la UE.

El encuentro pretende que se compartan las experiencias de cada país en esta materia para mejorar el trabajo y elaborar una línea de intervención nueva en la UE. Según el secretario confederal de política de Medio Ambiente y Salud Laboral, Joquín Nieto, las condiciones laborales influyen n el mayor o menor consumo de drogas.

Los sindicatos afirman que el lugar de trabajo es un "buen sitio" para informar y prevenir el consumo de estas sustancias. También en este ámbito se deben aplicar medidas de reinserción, agregaron.

Por su parte, el secretario confederal de política Internacional de CCOO, Javier Doz, señaló la necesidad de que los sindicatos europeos tengan una posición común para llevar a cabo una acción eficaz en esta materia.

LIBRE CIRCULACIÓN

En relación con las conecuencias que puede tener la libre circulación de trabajadores en la UE, Doz afirmó que hay que exigir la existencia en cada país comunitario de los instrumentos necesarios para que pueda realizarse "en condiciones". Esto es, que las legislaciones en materia de consumo de este tipo de drogas en el trabajo sean coincidentes, independientemente del país en que se esté.