Según De Torres, la situación es alarmante, pero no se puede responsabilizar a los drogadictos de lo que está sucediendo. "La solución no pasa por darle al toxicómano con un garrote en la cabeza; hay que llevarles a un centro de tratamiento", agregó.

En su ntervención radiofónica, hizo un llamamiento a la tolerancia, la solidaridad y la tranquilidad, porque, según dijo, el problema de la violencia se sabe cómo comienza, pero es difícil prever cómo acaba.

De Torres reclamó comprensión para la actitud de los vecinos, que están cansados de situaciones que se repiten una y otra vez, pero señaló que no están justificadas por ello las agresiones a los drogadictos.

Señaló que la obsesión de los responsables del Plan Nacional sobre Drogas en estos últimos ños ha sido aumentar las ayudas a los drogadictos que no desean tratarse e incrementar los programas de mantenimiento con metadona.

Estas medidas están destinadas, según explicó, a paliar la situación existente en focos de droga muy conocidos de las grandes urbes, como Madrid, Barcelona y Valencia.

"Hay que propiciar la creación del mayor número posible de centros de tratamiento", explicó el adjunto al delegado del Gobierno, "porque lo que no pueden hacer los vecinos es impedir la ubicación de esos centros y luego agredir a los toxicómanos; así no les dejamos salida de ningún tipo".