Castañón declaró a Servimedia que todos los datos apuntan a que no pudo ser nadie externo a la disciplina militar quien introdujera el hachís en petates dentro de un camión militar, porque esos vehículos siempre están bajo vigilancia, tanto en las dependencias militares como antes de proceder a un embarque.

Por su parte, el secretario general de la ODS, Carlos García, afirmó que no es la primera vez que se produce na situación en la que se aprovechan unas maniobras militares para introducir droga en la península, "aunque sí es la primera vez que el Ministerio de Defensa da una excusa tan peregrina".

"Es simplemente increíble plantear una duda razonable sobre la posibilidad de que una persona que quiere meter hachís en la península lo haga dentro de petates militares para volver a sacarlo después, sin ningún apoyo interno. Es una tomadura de pelo decir eso", concluyó García.

La tenencia o consumo de droga e el Ejército es una falta grave, castigada con una pena de un mes a dos meses de arresto disciplinario. Si la cantidad descubierta permite pensar que se trata de tráfico de droga, el culpable puede ser expulsado del Ejército y puesto en manos de la justicia ordinaria.