El estudio revela que el consumo de cocaína ha aumentado de forma constante, aunque la extensión de su uso sigue siendo baja. En relación a las anfetaminas el observatorio europeo constata un incremento en su utilización y apunta que en un futuro puede ser más significativo que el del éxtasis.

El tráfico, uso y dependencia de la heroína y otros opiáceos permanece estable, aunque hay indicios de la aparición de una nueva generación de fumadores de heroína . Por otro lado, su consumo se está trasladando de las áreas urbanas a las rurales. Entre el 0,2% y 0,3% de la población de la Unión Europa es adicta a algún opiáceo. El porcentaje es mucho menor que elde los adictos a otras sustancias ilícitas, pero los costes sociales de este grupo, en términos de criminalidad, bienestar social y seguridad, son mayores.

Donde sí ha aumentado el consumo de la heroína y de otras drogas importadas ha sido en los países de Europa Central y del Este. Según el informe, los cambios políticos sucedidos en estas naciones a principios de la década han motivado el aumento del tráfico de drogas en toda la región, ya que ha habido un incremento en la captura de alijos de cocaía y drogas sintéticas.

Respecto a las enfermedades transmisibles entre los adictos, los casos de sida han decrecido fuertemente debido a la acción de nuevos tratamientos. El número de las infecciones de VIH permanece estable o ha decrecido en muchos Estados miembros, aunque sigue habiendo nuevos infectados entre los jóvenes y quienes comienzan a inyectarse. Las infecciones de hepatitis C siguen siendo importantes. El organismo europeo estima que hay unos 500.000 infectados por este virus en la UE.

En 1997, la Unión Europea gastó más de 53 millones de euros (unos 9.000 millones de pesetas) en acciones en el campo de las drogas, alrededor de 8 millones de euros menos (unos 1.400 millones de pesetas) que en 1996. De este presupuesto, un 62% estuvo dedicado a actividades internas, la mayoría gastos de rehabilitación de adictos (55%), y un 38% a acciones extracomunitarias, especialmente en Africa y los países de Europa Central y del Este.

Dentro del campo preventivo, las estrategias de la UE se orintaron en dos direcciones: por una lado, campañas para informar a la población en general, y por otro, acciones específicas para grupos vulnerables. Entre estos, hubo un aumento de los programas dirigidos a los consumidores de éxtasis y otras drogas sintéticas consumidas habitualmente en las discotecas.

Tras analizar las actividades de 1997, el informe constata la necesidad de dar una mayor importancia a las actividades preventivas organizadas por las asociaciones locales. Además, informa de la necesiad de que haya un mayor seguimiento e información sobre los programas de sustitución, que se han incrementado en toda la UE.