Según la versión oficial de los hechos, una llamada telefónica alertóa la Policía Nacional del robo en el interior de un chalet de la lujosa urbanización de Nueva Andalucía, por dos individuos que emprendieron la huida en un coche de color rojo.

Un vehículo "Z" que se encontraba de servicio en la zona detectó al coche de los delincuentes, iniciándose una persecución que se prolongó hasta el centro de Marbella. Los presuntos ladrones, con el ánimo de despistar la acción policial, se adrentaron en una calle en dirección prohibida, quedando atrapados entre la policía y unturismo particular ocupado por una familia con dos hijos de corta edad.

Ambos delincuentes, que responden a las iniciales M.Z.M. y A.S.D - de 30 y 36 años de edad -, arremetieron en repetidas ocasiones contra el turismo, lo que hizo peligrar la integridad física de sus ocupantes. Mientras tanto, los policías bajaron del coche patrulla con sus armas reglamentarias, tratando de intimidar a los "cacos".

No obstante, estos en vez de rendirse atropellaron a uno de los policías contra un contenedor de asuras, lo que le produjo la fractura de ambas piernas, al tiempo que su compañero realizaba varios disparos antes de ser también atropellado, sufriendo una luxación de clavícula.

Uno de los disparos hizo blanco en la mano del conductor del vehículo perseguido, que también estuvo a punto de atropellar a dos policías municipales que acudieron al lugar de los hechos. Su compañero de fechorías sufrió un fuerte golpe en el abdomen durante los sucesos.

Los dos ladrones, acosados por varios coches patrlla tanto de la policía local como de la nacional, no pudieron evitar quedar embarrancados en las arenas de una playa del casco urbano de Marbella, lo que propició su detención, recuperándose varios electrodomésticos robados en el chalet de Nueva Andalucía.