Entre los concentrados figuraban el viceconsejero de Interior del Gobierno vasco, José Manuel Martiarena, acompañado de varios jefes policiales de la Ertzaintza; concejales del PNV del Ayuntamiento de San Sebastián, y el parlamentario vasco de Izquierda Unida Juantxo Domínguez, entre otros.

Los manifestantes guardron quince minutos de silencio en recuerdo de José María Aldaya, tiempo en el que soportaron los insultos y amenazas procedentes de la una contramanifestación convocada por Herri Batasuna, a la que acudieron varios miembros de su dirección y el concejal donostiarra Joseba Permach.

Los radicales alternaron los gritos en contra de la dispersión de presos con eslóganes como "ETA mátalos", "los asesinos llevan lazo azul" e "Itsasondo", lugar en el que fueron asesinados dos ertzainas.

Antes del iniciode las concentraciones, simpatizantes de Herri Batasuna provocaron momentos de tensión con la Ertzaintza, al insultar a agentes de este Cuerpo Policial, a quienes dirigieron frases como "vais a morir como los de Itsasondo".