Según informa hoyel diario "La Crónica", la comisión rogatoria centra su actuación en Almería en el interrogatorio del ciudadano italiano Adam Daniel Lombardi, que se encuentra en la prisión provincial de El Acebuche desde que la policía le detuviera por su presunta implicación en una red de tráfico de drogas y armas.

Lombardi, en compañía de otra persona cuya identidad no ha sido desvelada, regentaba sendos negocios de hostelería en Barcelona y Marbella, que, al parecer, servían de "tapadera" a otras actividades delitivas que desarrollaban en las comunidades andaluza y catalana.

Los dos magistrados y el fiscal italianos amplían en Almería las diligencias iniciadas a principios de 1992, después de que uno de los detenidos entonces, Giuliano Casieri, implicara en los hechos a Daniel Lombardi, que está a la espera de que el Gobierno español le conceda la extradición.

Por su parte, varios agentes del Cuerpo Nacional de Policía adscritos a la comisaría de Almería se trasladaron a principios de ese año a Florenci para asistir, en calidad de testigos, a la vista oral seguida contra el ex propietario de la discoteca H2O, debido a que la detención del italiano se llevó a cabo por funcionarios de este cuerpo.

D`Amico fue detenido por orden de la autoridad italiana en abril de 1992 y fue extraditado a su país de origen a petición de un juzgado de Florencia que le consideraba uno de los principales implicados en una red internacional de tráfico de estupefacientes, que actuaba en las provincias de Almería y Málaga. El titular del Juzgado de lo Penal número dos de Almería, Javier Gómez Bermúdez, suspendió "sine die" el juicio que iba a celebrarse el pasado mes de junio contra D`Amico y los dos miembros de su banda que en la tarde del 2 junio de 1990 fueron detenidos en los accesos a la capital almeriense portando gran cantidad de armamento en el interior de un vehículo.

El motivo de dicha suspensión fue la renuncia del abogado granadino Benigno Asensio a la defensa del italiano, alegando la vulneración de algnos derechos fundamentales que podían mermar la defensa de su cliente.