DOS HERIDOS POR ASTA DE TORO HOY EN PAMPLONA DURANTE UN ENCIERRO LARGO Y PELIGROSO

PAMPLONA
SERVIMEDIA

El segundo encierro de los Sanfermines resultó largo y peligroso y registró dos heridos por asta de toro. Se trata de David Zaratiegui, vecino de Burlada (Navarra), de 20 años y de ManuelTena Jiménez, vecino de Castellón, de 26 años, que quedaron ingresados en el Hospital de Navarra.

Según el parte médico facilitado por el centro hospitalario, el primero de ellos, que fue empitonado en la plaza del Ayuntamiento, presenta herida en tercio medio de la cara posterior del muslo derecho de 15 a 20 centímetros, con una cornada que afecta a la piel, tejido celular subcutáneo y rompe los músculos de la cara posterior del muslo, diseca el fémur y llega hasta la cara anterior junto al paquete vsculo-nervioso, aunque sin lesionarlo. Su pronóstico es grave.

Manuel Tena Jiménez fue corneado en el tramo de Telefónica, al final de la calle Estafeta. Presenta una herida con un trayecto de 6 centímetros en el tercio superior de la pierna izquierda, que afecta a piel, tejido celular subcutáneo, con lesión de los músculos gemelos, sin afectar al nervio ciático externo. Su estado es menos grave.

Otros tres corredores fueron trasladados al Hospital Virgen del Camino con traumatismos producidos po caídas durante el encierro. Los toros de la ganadería de Cebada Gago protagonizaron una carrera muy larga, con casi ocho minutos de duración, en la que se vivieron momentos de mucho peligro.

En la cuesta de Santo Domingo se produjeron las primeras caídas, debido a lo resbaladizo del suelo. Los toros lanzaron numerosos derrotes hacia los mozos y en la plaza del ayuntamiento uno de ellos corneó de gravedad al corredor de Burlada, David Zaratiegui.

En la curva de Estafeta los toros chocaron contra l vallado y cayeron al suelo, quedando la manada completamente dividida. Los últimos tramos de la carrera resultaron muy peligrosos, con varios toros sueltos, que se paraban y arrancaban "buscando bulto". Los pastores tuvieron que emplearse a fondo conduciendo a los toros en la dirección adecuada con la ayuda de sus varas y evitando en más de una ocasión que los mozos que caían al suelo fueran empitonados.

En el callejón de entrada a la plaza la tensión fue máxima cuando los Cebada Gago embestían conta los corredores que buscaban la protección del vallado. A pesar de que hubo varias cogidas y un toro desgarró el pantalón de un mozo, no hubo que lamentar ningún herido por asta en este tramo.

(SERVIMEDIA)
08 Jul 1992
C