Una llamada anónima alertó a la Policía Municipal malagueña del suceso. Sin embargo, cuando una dotación del cuerpo llegó al domicilio de los pequeños, fueron encontrados sin vda. Un médico certificó la muerte por asfixia.

En un primer momento se especuló con la posibilidad de que hubieran perecido por los gases que emanaba una estufa cercana. Sin embargo, fuentes judiciales han informado a Servimedia que la muerte de ambos no se produjo por la inhalación de anhídrido carbónico, según se demuestra en los primeros resultados de la autopsia.

El médico forense que practicó anoche las autopsias a los dos recién nacidos ha determinado que tres horas antes del fallecimiento omaron un biberón de leche, cuya muestra ha sido enviada al Instituto de Toxicología de Madrid para determinar la causa de las muertes.

El magistrado ha llamado a declarar a los padres y familiares directos de los pequeños, que estaban solos en casa a altas horas de la madrugada, para comprobar si hubo algún tipo de negligencia en el trato a los menores o si en la muerte hubo alguna actuación criminal.

No obstante, el informe policial confirma que los niños fallecieron boca abajo, postura recomenada por los pediatras para facilitar la digestión de los lactantes.

Anoche, por expreso deseo familiar, los cuerpos de los pequeños fueron incinerados. Fuentes judiciales guardan celosamente la identidad de los progenitores.

Asimismo, la policía está intentando desvelar la identidad del autor de la llamada anónima que avisó del extraño suceso que costó la vida a los dos recién nacidos.