Según WWF/Adena, por debao de las escombreras, que tienen una altura de 80 metros, pasa un túnel que actúa como aliviadero de la presa del río Agrio, situada aguas arriba de Aznalcóllar.

Los ecologistas mantienen que si las escombreras se derrumban, el agua de la presa del río Agrio, cuyo pantano está al 90 por ciento de su capacidad, quedaría embalsada en el área minera y podría inundar el pueblo de Aznalcóllar.

En ese caso, asegura que el accidente podría afectar a la balsa de residuos mineros que en 1998 contaminó el ío Guadiamar y sus márgenes.

WWF/Adena denunció hoy a la empresa propietaria la mina, Boliden Apirsa, a la que acusó de "ocultar el problema", y a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir por el mismo motivo.

La organización ecologista afirma que la confederación está desaguando "a toda prisa el embalse", para poder retener más agua en el supuesto de que se produjera el accidente.