La rotura de un muro de contención de las minas de Boliden en Aznalcóllar (Sevilla) provocó el vertido de unos cuatro millones de metros cúbicos de aguas contaminadas al río Guadiamar, uno de los que riegan el Parque Nacionalde Doñana.

Mientras los activistas escalaban la fachada para desplegar una pancarta con el lema "Salvemos Doñana", la organización entregaba en el registro una carta dirigida al consejero de Trabajo e Industria de la Junta de Andalucía. En la misiva, los ecologistas solicitan por tercera vez conocer las condiciones que la consejería ha impuesto a Boliden para reiniciar la actividad minera.

"El hecho de que la mina no presente un programa de producción limpia, que no disponga de un lugar definitiv y seguro para depositar los residuos de su nueva actividad y que la balsa siniestrada no esté esterilizada son suficientes razones para que Boliden no se encuentre en condiciones de reabrir la mina", según Pablo Mascareñas, portavoz de Greenpeace.

Los ecologistas advierten al Gobierno andaluz que harán lo posible para que a la empresa Boliden se le impongan las condiciones necesarias que garanticen la salvaguarda de los ecosistemas de la mina, incluido el Parque Nacional de Doñana.