Casos como el de Roscoe "Fatty" Arbuckle, Bela Lugosi o Frances Farmer, demuestran que la vida privada de algunos de los actores que llegaron a la cima de la popularidad ha tenido más sombras que luces.

Otras estrellas, como Errol Flynn, Judy Garland, Spencer Tracy, Stan Laurel, William Holden, Buster Keaton o Marilyn Monroe, no vieron truncadas sus carreras, pero caminaron siempre en el filo de la destrucción.

"Cuando mueren los aplausos muestra, a lo largo de una ora de duración, la trayectoria de estos artistas y revela los motivos que provocaron su caída, que en muchos casos estuvo relacionada con el abuso del alcohol y las drogas.

El reportaje se ocupa también de antiguos niños prodigio para los que el paso del tiempo significó el final de la fama y el inicio de una existencia frustrada, como Bobby Driscoll, Margaret O'Brian o Tommy Retig, así como los hijos de grandes actores cuya infancia se vió marcada por la profesión de sus padres.