El creador de la famosa compañía de dibujos animados decidió en 1957 que los trabajadores de Disneyland debían ir perfectamente afeitados, con el fin de crear un entorno familiar distinto a la imagen chabacana de las ferias.

Hasta 1994 no hubouna sola modificación en estas normas, momento en que se permitió que las empleadas usaran sombra de ojos y los hombres calvos peluquines.

En el reclutamiento de personal para sus parques temáticos, la empresa no sólo ha eliminado el bigote de la lista de prohibiciones, sino que incluso ofrece incentivos y ayudas para estudiar a sus trabajadores. "Está bien ver que la compañía entra en el nuevo milenio", declaró Mike Duffy, representante sindical de los empleados de Disney.