A su juicio, constatar las posibilidades laborales de una persona con discapacidad es una ventaja para el trabajador y para el empresario, al tiempo que supone un enriquecimiento para toda la sociedad.

Contreras señaló que la personas con alguna discapacidad pueden ser agentes activos en el mercado laboral mediante una adecuada formación.

También resaltó la labor del Servicio de Ayuda a la Integración Laboral de Disminuídos de Cataluña, que, por u lado, orienta y forma al discapacitado para su integración laboral y, por otro, asesora al empresario sobre las ventajas de contratar a personas discapacitadas y sobre la adaptación del lugar de trabajo, si fuera necesario.

Finalmente, Contreras dijo que desde la Ley de Integración Social de los Minusválidos de 1982, que establece que las empresas de más de 50 trabajadores tendrá que tener un dos por ciento de la plantilla cubierta por personas con disminución, la situación laboral de los discapacitaos ha mejorado cualitativamente.

Agregó que hoy en día los discapacitados tienen un mayor grado de formación y una actitud de más predisposición y preparaición para el trabajo, sin embargo, puntualizó, el porcentaje de incorporación laboral de estas personas no es óptimo.