Pericot ofrece en Madrid, hasta el próximo 6 de octubre y dentro de la programación de la VIII edición del Festival de Otoño, "El Banquete", de Platón, una versión basada, fundamentalmente, en la escenografía, en el montaje y en el recurso visual.

El derroche y la originalidad de la puesta en escena es el medio que Pericot utiliza para que "una obra basada en ocho monólogos de filosofía dura siga interesando tanto al público".

"El banquete", en dos años de gira y en su versiones catalana, francesa y castellana, ha conseguido 35.000 espectadores. "Si Platón levantara la cabeza se sorprendería de la actualidad de su obra", indicó el director teatral.

REFLEXION SOBRE EL AMOR

"Cuando en una sociedad como la nuestra hacer el amor es algo tan fácil como poseer un encendedor, que cuando se acaba se tira, escuchar, reflexionar y hablar sobre el amor sorprende a un público joven, acostumbrado a no dejarse asustar por nada", señaló Pericot justificando el éxito de la obra. Huye de la reproducción de la realidad como de la lepra, del "teatro de piso", como él lo llama, y aboga por la invención y creación diaria, no sólo del teatro, sino en las relaciones con los demás y con la naturaleza.

En su opinión, el mayor error del teatro actual es que intenta meter la realidad cotidiana, tal cual, en el escenario. Para él la voz, el texto y la palabra primero se ven y luego se oyen.

En el esceanrio de "El banquete" hay quince observadores silenciosos, quince dioses, repoducciones del dios Bes (el Sol) y la diosa Tanit (la Luna), adorados en la cultura ibicenca, antes incluso de que naciese Platón.

"Son testigos mudos de lo que ellos mismos crearon; combinan su poder de ver el futuro con mi capacidad de artista. Y es un tándem que funciona", explicó con humor.

Además de la inspiración en la cultura de Ibiza, Iago Pericot buscó la conexión del mundo helénico con el actual, recreando una fotografía del norteamericano Maplethorpe, que muestra el torso desnudo de unhombre negro.

AUSENCIA DE INVESTIGACION

Iago Pericot lamentó la ausencia de un espacio para la investigación en el teatro fomentado por una administración que busca "una rentabilidad segura".

"El invento, hoy en día, no tiene reconocimiento institucional. Vivimos de las rentas, de las cosas hechas y la gente con inquietudes no tiene posibilidad de que sean reconocidas sus virtudes", señaló el escenógrafo.

Sin embargo, Iago Pericot afirmó que siempre ha trabajado en lo que ha querido y "siepre he tenido público; pero lo consigo no por ser un privilegiado, sino por tozudo."

Aseguró que sus conocimientos de psicología le sirven no tanto para aplicarlos a la comprensión de los personajes como en el trato con los actores, para ayudarles a sacar lo mejor de sí mismos.

Mientras, sigue trabajando en nuevas ideas, porque "el día que deje de inventar, dejaré el teatro y me iré a pasear con mi perro por la playa".

Su próximo proyecto es un clásico del siglo XIII, "Blanquerna", de Ramón lull, "una obra filosófica a la que yo daré la vuelta, buscaré un nuevo texto visual, con posibilidad de que intervengan cantantes y coros". La obra verá la luz en 1993, porque "el 92 se lo dejo a los deportistas".