Algunos, como Rosa Donoso, responsable del Museo Romántico de Madrid, matizaron que existe el inconveniente de que el actual convenio colectivo de los trabajadores de museos prevé el cierre de los mismos el domingo por la tarde, "y ese es un obstáculo que habría que solventar", afirmó.

También hay quien abogaría, en caso de no poder solucionarse el problema del convenio colectivo, y para evitar que el día gratis fuera sólo medio día, por el acceso libre también durante todo el sábado.Este es el caso de Luis Luna Merino, director del Museo de Escultura de Valladolid.

MENOS DE 400 PESETAS

En cuanto al precio a establecer, que según el subsecretario de Cultura, Enrique Linde, será probablemente de 400 pesetas, sólo Francisco Calvo Serraller, director del Museo del Prado, opina que debe aplicarse el mismo en todos los museos, con independencia de su afluencia y sus características.

Los demás directores señalaron a Servimedia que si en los grandes museos, que poseen unas coleccines importantes, se cobra 400 pesetas, en otros de tamaño y condiciones más humildes debería pedirse menos. En muchos de ellos se cobra ahora 200 pesetas a los visitantes que no son españoles y, por tanto, esa tarifa debería prevalecer a partir de mayo.

Incluso María Corral, responsable del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, uno de los principales pilares museísticos de nuestro país, señaló que los museos más pequeños deberían adaptar el precio, que se aplicará a todos los visitantes por igual a su tamaño.

De todas formas, todos los consultados subrayaron que, aparte del precio oficial de la entrada, habrá precios especiales para jóvenes, para Tercera Edad y para grupos organizados, tal como está ocurriendo en la actualidad.

Los directores de museo, especialmente los de aquellos que están situados fuera de Madrid, e incluso en comunidades con menor tráfico de turistas, como Valladolid, Mérida o Cartagena, consideran que el cobro de entradas puede afectar a la afluencia actual de visitntes.

"Aunque es lógico que en un primer momento el visitante español, que se ha acostumbrado a entrar gratis, se sienta contrariado por tener que abonar a la entrada, es muy probable que a medio plazo se acostumbre y aprecien que el precio no es alto y comprenda que ese dinero revierte en un mejor mantenimiento y servicios", comentó Luis Luna.

CAMBIOS NECESARIOS

Por último, es probable que haya que realizar algunos cambios en los museos para adaptarlos a la nueva situación. En algunos casos hará que establecer un sistema más estricto de cobro que el actual, ya que al tener casi exclusivamente visitantes españoles no tenían que preocuparse por este aspecto.

Otros museos, como el Reina Sofía de Madrid, tienen algunos servicios de cara al público, como la cafetería, la biblioteca o la tienda, a los que el público español accedía libremente, y ahora habrán de acondicionar para que no les afecte el pago de la entrada.