En una entrevista que publica "Epoca", Lanzas reconoce que hay pequeños libreros "que dependen mucho del liro de texto", pero añade que esa circunstancia de perjuicio a unos pocos se da en todos los sectores de la economía. "Las grandes empresas tienen más capacidad que las pequeñas para sobrevivir", señala.

A su juicio, los libreros tienen que vivir a partir de ahora en un nuevo entorno normativo "y dependen de su capacidad de adaptación".

El director general recuerda que el Ministerio de Educación tiene un programa de colaboración con estos establecimientos para ayudarles a su reconversión.

Lanas manifiesta que la liberalización de las rebajas en los manuales escolares es "una medida de política educativa, no cultural", cuyo objetivo es conseguir que los libros de texto cuesten menos a las familias. Eso no supone, precisa, que vaya a variar la política del precio fijo establecida para el resto de la producción editorial.