LOS DIPUTADOS OBEDECEN A MARIN Y GUARDAN ORDEN DURANTE LA INTERVENCION DE ZAPATERO
- Los parlamentarios del PP sólo lanzaron gritos contra el presidente al hablar del "Plan Galicia" y los matrimonios gays
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Los diputados mantuvieron hoy el orden en el Hemiciclo del Congreso durante la intervención del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el Debate sobre el Estado de la Nación, ya que apenas hubo interrupciones y descalificaciones, siguiendo el orden solicitado por el presidente de la Cámara Baja.
Manuel Marín tuvo que detener el discurso del presidente del Ejecutivo en un par de ocasiones para pedir silencio a los parlamentarios del Partido Popular, que llamaron "Pinocho" y "demagogo" a Rodríguez Zapatero al hablar del cumplimiento del "Plan Galicia" y resaltar la aprobación de los matrimonios entre homosexuales.
El presidente del Congreso procuró interrumpir lo menos posible a Zapatero en un gesto de "cintura política" que él mismo había anunciado la víspera. Desde su sillón en lo alto de la Mesa, llamaba al orden en silencio y con gestos a los diputados que hacían comentarios en alto.
Con frecuencia, cogía el Directorio que recoge la fotografía y los nombres de todos los parlamentarios para identificar a los pocos que bociferaban, entre ellos, el ex ministro José María Michavila y el conocido como "clan monclovita", integrado por varios ex colaboradores de José María Aznar, entre ellos Carlos Aragonés, Baudilio Tomé y Jorge Moragas.
Desde el primer momento ya surgieron desde los escaños populares las críticas contra el presidente del Gobierno. Al hablar del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, el diputado por Almería Juan José Matarí espetó que es "mentira" que Zapatero lo esté cumpliendo.
Cuando recordó su respaldo al Pacto Antiterrorista en la oposición, desde la parte derecha del Hemiciclo se preguntaban si también había respetado al Gobierno durante los días posteriores al atentado del 11-M en Madrid.
Por su parte, el primer aplauso para Rodríguez Zapatero llegó al afirmar, como clave ante un hipotético proceso de paz en el País Vasco, que "la política puede contribuir al fin de la violencia". Minutos después, recibía otra ovación al valorar que el PSOE ha acabado "con la televisión de partido".
Los parlamentarios del PP reaccionaron con carcajadas. "¡ Qué cara más grande!", espetó un diputado. Las risas regresaron a las caras de los populares con el repaso a la política exterior. De hecho, el secretario de Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moragas, se llevó las manos a la cabeza cuando Zapatero sostuvo que, con él, España ha vuelto al corazón de Europa.
DISPUTA POR EL "PLAN GALICIA"
El jaleo llegó a la Cámara Baja con los argumentos esgrimidos por Rodríguez Zapatero sobre el cumplimiento del "Plan Galicia". Los diputados gallegos del PP, con Ana Pastor al frente, saltaron en sus asientos e interrumpieron la intervención del presidente.
"¡Pinocho!", gritó un diputado. "¡El 'Plan Galicia' es una mierda!", decía otro, parafraseando a la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez. "'¡El Plan Galicia es una mierda!' Dilo ahora Magdalena", agregó.
En este punto, Marín no tuvo más remedio que intervenir para pedir silencio a sus señorías. Una vez que el orden había regresado al Hemiciclo y Zapatero proseguía con sus palabras, el presidente del Congreso recriminaba con gestos la actitud irrespetuosa a quienes habitualmente se sientan en las últimas filas.
La bronca surgió de nuevo a propósito de la derogación del Plan Hidrológico Nacional. "¡Agua para todos!", decían varios parlamentarios populares. Marín volvió a mirar el listado de diputados e insistía en llamar al orden en silencio y con gestos mientras Rodríguez Zapatero hablaba.
El "clan monclovita" apareció de nuevo con la enumeración de objetivos que el presidente del Gobierno se plantea para los próximos doce meses. El ex ministro Michavila apostillaba al final de cada una de ellas: "¡Bien!".
Poco después, los diputados del PP llamaron "demagogo" a Zapatero al defender la aprobación del matrimonio entre homosexuales porque no perjudica a nadie y, cuando anunció su deseo de acabar con la propaganda institucional, la oposición le recordó el reportaje de las ministras el pasado verano en la revista "Vogue".
SONSOLES, EN LA TRIBUNA
El Debate sobre el Estado de la Nación comenzó poco después del mediodía con presencia de todos los ministros del gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero, a excepción de la responsable de Agricultura, Elena Espinosa.
El jefe del Ejecutivo contó con el apoyo de su mujer, Sonsoles Espinosa, quien siguió todo el discurso de su marido desde la tribuna de invitados junto al padre y el hermano de Rodríguez Zapatero.
A su lado, en la tribuna de autoridades, coincidieron el presidente del Senado, Javier Rojo; el presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell; y el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias. Junto a ellos, el secretario general del PSE, Patxi López, siguió el debate desde la tribuna de invitados.
El vicepresidente del Senado, Juan José Lucas, también asistió al Debate sobre el Estado de la Nación, pero prefirió sentarse en uno de los escaños del Hemiciclo, entre sus compañeros del Partido Popular.
Asimismo, la tribuna contó con la presencia de varios senadores italianos que están de visita oficial en España dentro del Grupo de Amistad que mantienen los parlamentarios de ambos países.
(SERVIMEDIA)
11 Mayo 2005
PAI