Durante una hora, entre las 12 del mediodía y la una de la tarde, todos los servicios del Congreso a cargo de funcionarios quedaron paralizados, a excepción del cuerpo de taquígrafos que transcribe el desarrollo de las sesiones.

En ese tiempo los accesos al Congreso estuvieron vigilados por jefes de policía, y no por los agentes que habitualmente se encuentran en las garitas, y resultó imposible pasar notas a los diputados que se encontraban en el hemiciclo por ausencia de ujieres.

En la puerta del Congreso, junto a los funcionarios que pidieron entre palmas y gritos contra la congelación salarial la presencia del ministro de Economía, Rodrigo Rato, sólo hicieron acto de presencia una decena de diputados de IU y el secretario general y la secretaria adjunta del Grupo Socialista, Jesús Caldera y Mercedes Aroz.

Los diputados de IU, entre los que se encontraban Pablo Castellanos, Pedro Antonio Ríos y Manuel Alcaraz, incluso celebraron una reunión de trabajo durante el tiempo que duó la protesta, en la que analizaron la marcha de pleno del Congreso y estudiaron el calendario de discusión de las leyes pendientes de aprobación esta semana.