Los procedimientos de análisis que Bélgica ha empleado para analizar los productos bajo sospecha de contaminación "carecen de fiabilidad", según estos mismos expertos. Laincógnita se deberá resolver entre hoy y mañana, que es cuando se reúnen los miembros del citado comité.

Las fuentes consultadas por el periódico denuncian una serie de prácticas que, según entienden, dejan un amplio margen para el abuso y la falsedad de los resultados. Han señalado, por ejemplo, el hecho de que la toma de muestras se deje en manos de los veterinarios de las empresas agrícolas, y que después -sin precintar- se envíen a los laboratorios, lo que supone un gran riesgo de fraude.

No bstante, estos expertos reconocen que, con los medios disponibles, no es posible organizar de una manera más eficaz los controles, ya que los cincuenta inspectores dedicados a esta tarea en la actualidad están desbordados.

El Comité Veterinario Permanente impuso a Bélgica la obligación de garantizar el buen estado de sus exportaciones de porcino, bovino y animales avícolas, incluyendo además un certificado en el que se indicara que están libres de toda sospecha de contaminación. De igual modo, se exigó también a las autoridades del país que se realizasen estos análisis a todos los productos con un contenido de grasas animales superior al 2%, en lugar del 20% propuesto inicialmente por Bélgica.