Este dato es revelado por Daniel Portero, presidente de Dignidad y Justicia, que menciona el episodio en un artículo publicado en el último número de la revista de la Fundación de Víctimas del Terrorismo y recogido por Servimedia.

Portero explica que este hecho tuvo lugar el 29 de marzo, día en el que Otegi fue citado por el juez Fernando Grande-Marlaska para declarar en relación con los incidentes registrados durante la huelga general que Batasuna había promovido el 9 de marzo.

El presidente de Dignidad y Justicia relata, en este sentido, las gestiones que Otegi y sus abogados hicieron la noche del 29 de marzo cuando supieron que el juez había decretado para él prisión eludible bajo una fianza de 250.000 euros.

En ese momento, según Portero, se pudo ver cómo "desde el despacho contiguo" al de Grande-Marlaska, "Arnaldo Otegi realizaba sucesivas llamadas telefónicas para conseguir el dinero de la fianza", sin que nadie le dijera nada.

"Ante la sorprendente intención de Otegi de abandonar el juzgado", continúa Portero, "su abogada Goiricelaia le dijo: '¡ Espera, Arnaldo, que tienen que esposarte!', momento antes de que la Policía Nacional le colocara las esposas".

A este respecto, el presidente de Dignidad y Justicia destaca que "de lo que pude escuchar de todas esas llamadas telefónicas que Otegi hizo en la antesala del juzgado, me pareció distinguir en una de sus conversaciones el nombre del fiscal general del Estado.