La reunión, que durará hasta el próximo domingo, tiene como objetivo lograr un reencuentro, después de mucho tiempo de caminar por caminos separados e incluso enfrentados.

La ceremonia inaugural fue presidida por Manuel Fraga Iribarne, presidente de la Xunta de Galicia. Ete es el primer Encuentro Ecuménico Europeo que se celebra después del que tuvo lugar en Francia en 1977.

Según señala el documento de presentación del encuentro, la elección de Santiago se debe a su papel histórico y emblemático como aglutinador de la cultura común de los cristianos europeos.

El documento apunta que la capital de Galicia es fin de un camino que reforzó históricamente la fe común de las diferentes confesiones cristianas.

El encargado de relaciones interconfesionales de la Coferencia Episcopal Española y arzobispo de Tarragona, Monseñor Ramón Tornella, dijo que "el encuentro tiene que procurar superar la tentación del poder, aprender realmente la unidad del Evangelio y, sobre todo, que nuestra actitud sea de una iglesia de Jesucristo que está en actitud de servicio hacia esa nueva Europa que renace".

Por su parte, el representante anglicano, John Arnold, subrayó que esta es la ocasión de un nuevo punto de partida para todos los cristianos.