LAS DIFERENCIAS SALARIALES AUMENTARON DURANTE LOS AÑOS OCHENTA
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Las diferencias salariales entre los trabajadores españoles continuaron incrementándose tras la llegada del PSOE al poder en 1982, dentro de un proceso iniciado cuatro años antes, según un estudio que publica el último núnero de la revista "Moneda y Cédito".
El estudio, titulado "La liberalización económica y la distribución de la renta: la experiencia española", ha sido realizado por Ana Revenga, experta del Banco Mundial, con datos de los Ministerios de Economía, Trabajo y Agricultura.
Según este análisis, los titulados superiores ganaban en 1983 un salario equivalente a 3,46 veces el de un peón, proporción que aumentó a 3,73 en 1988. La diferencia es inferior a la que existía en 1973, cuando un titulado ganaba 4,19 veces más que un peón, pro muy superior a la de 1977, cuando el "ratio" bajó a 3,11.
El estudio indica que la mayor parte del estrechamiento de los diferenciales salariales se produjo entre 1974 y 1977 "coincidiendo con la caída del régimen de Franco", lo que "refleja el clima político imperante, que exigía una distribución más equitativa de la renta".
Actualmente, las diferencias son aún mayores si se considera la situación de los trabajadores rurales sin cualificar. Su posición relativa es ahora peor incluso que antesde la democracia, ya que en 1964 un trabajador urbano no cualificado ganaba 1,22 veces más que otro agrícola, mientras que en 1988 el "ratio" era de 1,97.
Asimismo, el abanico salarial, que tiene en su extremo más alto a los titulados superiores y en el más bajo a los peones agrícolas, está ahora más abierto, ya que pasó de 5,53 en 1964 a 4,92 en 1977 y 7,31 en 1988.
Sin embargo, el estudio revela que el incremento del abanico salarial y el aumento del paro no se han traducido en una distribuciónmás desigual de la renta familiar, debido a que el parado se ha adaptado al desempleo de larga duración quedándose a vivir en casa de sus padres.
Según la autora, este cambio en la estructura familiar "puede ser la clave que explique por qué el tremendo aumento del paro y el incremento de la desigualdad individual de la década de los ochenta no han tenido un efecto más pronunciado en la distribución de la renta familiar".
Cerca del 60 por ciento de los parados (en su mayoría jóvenes con estudios edios) viven en casa de sus padres, y sólo el 21 por ciento son cabeza de familia.
(SERVIMEDIA)
10 Mar 1992
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